Mural en Liceo 1 de Las Piedras
Ya era de noche, en la primera noche de un otoño de verdad. Viento, mucha bruma, gente con el paso apurado y las manos en los bolsillos de los abrigos en la principal de Las Piedras.
Inevitable presencia fantasmal del siempre sonriente Julio Sosa.
Ahora recuerdo que cruzamos la vía sin mirar para ambos lados. Es que Luis y yo íbamos entusiasmados a cumplir una misión.
La UTU estaba encendida, una joven pareja recostados en un murito, grupos de jóvenes en todos lados.
Entramos.
Y la Escuela Industrial nos dio su bienvenida con un pizarrón donde había un afiche de Tus ideas valen! Un equipo de azafatas, estudiantes de Turismo, nos solicitó amable y profesionalmente los datos personales, llenaron las planillas diseñadas para tal fin y nos invitaron a ingresar al salón.
Los docentes a cargo de la actividad, entre otros nuestro ahora amigo Ricardo Caballero, un verdadero caballero, nos facilitó toda la logística, nos presentó y saltamos al ruedo.
Pronto empezaron las preguntas. Eran como 60 jóvenes estudiantes que piensan en proyectos y trabajan en proyectos. Saben.
Y son valiosos.
No les preocupaban las bases de participación, estaban seguros de lo que querían.
Querían saber si los íbamos a ayudar a implementar sus proyectos.
Nos fuimos con ese desafío y esa alegría de una nueva comprensión de cuál era la verdadera misión que debíamos cumplir: ayudar a lo viejo para que haga lugar a lo nuevo.
Muchas gracias muchachos.
Sus ideas valen!
Psic. Diego Gómez.
Inevitable presencia fantasmal del siempre sonriente Julio Sosa.
Ahora recuerdo que cruzamos la vía sin mirar para ambos lados. Es que Luis y yo íbamos entusiasmados a cumplir una misión.
La UTU estaba encendida, una joven pareja recostados en un murito, grupos de jóvenes en todos lados.
Entramos.
Y la Escuela Industrial nos dio su bienvenida con un pizarrón donde había un afiche de Tus ideas valen! Un equipo de azafatas, estudiantes de Turismo, nos solicitó amable y profesionalmente los datos personales, llenaron las planillas diseñadas para tal fin y nos invitaron a ingresar al salón.
Los docentes a cargo de la actividad, entre otros nuestro ahora amigo Ricardo Caballero, un verdadero caballero, nos facilitó toda la logística, nos presentó y saltamos al ruedo.
Pronto empezaron las preguntas. Eran como 60 jóvenes estudiantes que piensan en proyectos y trabajan en proyectos. Saben.
Y son valiosos.
No les preocupaban las bases de participación, estaban seguros de lo que querían.
Querían saber si los íbamos a ayudar a implementar sus proyectos.
Nos fuimos con ese desafío y esa alegría de una nueva comprensión de cuál era la verdadera misión que debíamos cumplir: ayudar a lo viejo para que haga lugar a lo nuevo.
Muchas gracias muchachos.
Sus ideas valen!
Psic. Diego Gómez.
El viernes 23 estuvimos en la UTU de Las Piedras para difundir el certamen entre los estudiantes, igual que el año pasado.
Esta vez fuimos Diego y yo. Por no conocer el sentido de las calles la final dimos una vuelta bastante grande. La segunda vez preguntamos a una pareja que iba caminado. La respuesta, señalando con la mano, fue: es ese edificio de la esquina. Estábamos a pocos metros.
Ya con los afiches y el roll-up bajo el brazo nos encaminamos hacia la entrada. Lo primero que vimos fue un grupo numeroso de muchachos. Lo segundo fue un cartel de Tus Ideas Valen, colocado en una cartelera enfrentada a la entrada. Imposible no verlo. En el cartel había una nota indicando la reunión, con la hora y el salón. Así que el paso siguiente era, obviamente, preguntar para llegar al lugar. Diego le toca el hombro a un muchacho y cuando se da vuelta resultó ser el mismo que nos había dado las instrucciones en la calle. Después que se terminaron las risas y los comentarios jocosos, nos dirigimos al salón al fondo de un ancho pasillo.
Dos jóvenes muchachas con un elegante uniforme negro y chalina blanca nos tomaron los datos en una planilla de registro. Me pareció maravillosamente profesional. Cuando finalmente nos encontramos adentro con los docentes coordinadores de la charla, nos comentaron que eran estudiantes de Turismo que actuaban como organizadoras de la reunión.
Mientras preparábamos tanto el roll-up como las proyecciones, el salón se fue llenando hasta que, casi sin darnos cuenta, estaba colmado de gente joven con todas las sillas ocupadas y muchos de pie. De pronto el lugar estaba lleno de energía expectante.
Diego comenzó la charla entablando una comunicación con los muchachos. Explicó quienes éramos, cómo había surgido y qué era el certamen Tus Idas Valen. Luego habló de los sentimientos y los llevó a reflexionar sobre como éstos pueden llegar a crear y agregar valor en una actitud positiva y proactiva hacia la vida, el trabajo y la sociedad.
Después, lo que habíamos programado para la charla fue dejado de lado y primó la espontaneidad, cuando casi pedí disculpas pues lo que correspondía era que gente joven como los asistentes les viniera a hablar de sus experiencias en Tus Ideas Valen. Personas muy valiosas que habían tenido el coraje de presentar sus ideas para ser contrastadas con otras y actualmente integran este grupo, pero por varias razones no habían podido ir. Así que tenían que tolerar que dos veteranos, que sumados casi llegamos a un siglo, intentaran transmitirles el significado y las consecuencias de Tus Ideas Valen. Que básicamente Tus Ideas Valen, más allá que resulten o no premiados los proyectos que puedan presentar, es una cadena de oportunidades que empieza con un desafío personal. El desafío de desarrollar una idea, agruparse con otros compañeros que puedan aportar y mejorarla y finalmente presentarla y competir. Luego trataremos hasta lo imposible de ayudarlos a que sus proyectos se concreten.
Largo rato estuvimos dialogando con los muchachos. Se habían entusiasmado tanto que ya hablaban de patentar sus ideas. La riqueza más intangible y más valiosa que puede tener un país.
Lic. Luis Anastasía